domingo, 24 de julio de 2011

Día 2 - Me lo debes.

           Despistado y deseado hermanito,

           Ni te imaginas la de nuevos acontecimientos que han sucedido por aquí en día y medio ¡Te sorprenderías! Hay tanto buenas como malas noticias espero que estés preparado para ello, así que agárrate bien fuerte al asiento del coche ese, abre tus ojos como platos y concéntrate en lo que vas a leer a continuación :D.

           ¿Te acuerdas que te dije que había escrito varios anuncios en el face preguntando por mi vespa rosa? ¡Qué error! Me han llegado todo tipo de mensajes, que si acepto una bici a cambio, que si Nuca una perrita perdida es mía… no sé creo que la gente ha de sufrir problemas de daltonismo o algo porque no sé qué parte de la palabra “COLOR ROSA” no entienden!! Hasta me ha llegado una proposición de matrimonio ¿pero en qué mundo vivimos? La gente está muy loca hermanito y encontrar mi vespa va a costar más de lo que me esperaba. He decidido que a partir de hoy exploraré diferentes partes de la ciudad con la bici en busca de mi vespa ¡no puede desaparecer  así sin más! Hemos compartido momentos de mi vida increíbles ¡no la puedo dejar abandonada a su suerte! Seguro que está tirada por algún callejón del barrio rojo, entre contenedores, junto a una hoguera de mendigos… ¡¡se estará mojando!! Ya sabes que por aquí llueve mucho…

           He de confesarte algo…. Mamá se ha enterado ¡¡por favor no digas nada todavía!! Espera a que te cuente cómo fue, Intenta no cabrearte demasiado, respira hondo, cuenta hasta cinco, vuelve a respirar… Pues verás, esta mañana a eso de las 9.00 mamá ha entrado en mi habitación con mi cámara de fotos en mano, tenía esa mirada de “ahora mismo vas a confesar todo lo que sabes” es muy lista mamá, ha aprovechado que papá no estaba en casa… sus palabras han sido: Ahora mismo me vas a decir donde está Raúl porque sé que tú lo sabes, y no me vengas con la historia de que se ha ido de fin de semana porque se ha llevado ropa suficiente para un mes y ya debería estar aquí” mientras cogía mi cámara con dedo índice y pulgar amenazando con soltarlo si la respuesta no le gustaba… ¡¡Intenté mentirle!! Te lo aseguro, pero.. ¡¡Es mi cámara!! Sabes que tuve que ahorrar todo un año para poder comprarla y cuando mamá se pone así es imposible mentirle. Voy a ser sincera le dije la verdad pero a medias, le comenté que ibas a EE.UU pero no para quedarte sino de viaje porque querías vivir esa experiencia, que te habías ido con un amigo y que en estos momentos deberías estar en París, no le dije toda la verdad porque tenía miedo de que sufriera un shock o algo así… Se quedó muy parada creo que pensó en cómo debería reaccionar porque la situación la descolocó por completo, se sentó en mi cama me dio la cámara y el silencio nos invadió durante minutos. Se levantó de repente y empezó a gritar ¡Pero es que yo lo voy a matar! ¡Como decide irse así a América, sin decirme nada! ¡Me va a matar del disgusto! ¡Lo voy a castigar durante un año entero! Y otras muchas más cosas que es mejor no mencionar. Querido hermanito vas a tener que llamar a mamá en cuanto leas este mensaje porque si no se lo contará a papá y a mí me castigará todo el verano sin salir. Llámala porque si no juro que haré tu Mac trizas, me lo debes, perdiste mi vespa rosa….

           Bueno voy a contarte ahora algo bueno para que se te pase el cabreo ;). Esta tarde se ha pasado Sarah por casa ¿sabía dónde vivíamos?. He bajado yo… vaya realmente tienes buen gusto eh Raúl ¡que chica tan guapa! Normal que pierdas el culo por ella: P. bueno la cuestión es que no estaba muy segura de si esa era nuestra casa,  ysi yo era tu hermana,  le dije que sí. Me preguntó que donde estabas porque te había llamado un par de veces al móvil pero que no le daba tono, creo que quería que la ayudaras con algo de las clases, le dije que te habías ido de viaje y que volverías en unos días. ¡Aún queda algo mejor! Cuando ya se iba se giró de repente sacó un sobre de su bolso marrón y me pidió que te lo diera con su sonrisa perfecta y su pelo rubio al viento. ¡¡Me tentó más abrirlo!! ¿Será una carta de amor? Lo he palpado varias veces y lleva algo en su interior, además está escrito a su puño y letra “Para Raúl de Sarah” ohhhhh ¡¡qué bonito, eh!! Perdona la expresión pero ¡qué puta es la vida! Ahora que tú no estás por aquí ella da el paso de venir a tu casa a darte una carta que supongo yo será de algo parecido a “amor”… bueno ya me dirás qué quieres que haga con ella, si quieres yo te la reescribo por mail :P.

           ¿Pero cómo se te ocurre preparar una cita con Emilio, estás loco? Mira pensé en no ir porque no… no estaba preparada pero lo pensé mejor y no quería dejarle plantado, no se lo merece. No te voy a engañar no me arreglé mucho porque somos amigos y no lo veo como nada más. ¡Me puse muy nerviosa! Y no lo entiendo porque es él, es Emilio, es mi amigo, pero tú me dijiste que le gustaba y no sé ¡es como si el mundo hubiera dado un giro de 180 grados! Cogí mi bici y me dirigí hacia el Humprey’s, le observé desde el cristal porque no me atrevía a entrar, cruzar esa puerta significaba aceptar que yo sabía que le gustaba y eso nos podría conducir a una situación nueva entre nosotros e incómoda, así que le observé durante unos minutos. Estaba en la barra tomándose una Coca-cola, tenía un aire diferente no te sé decir qué ni por qué, la verdad es que se había puesto guapo para la ocasión. Me pregunté qué le habrías dicho tú, si sabía que era yo a quien esperaba… Me decidí a cruzar la puerta porque ya había esperado suficiente, me miré en el cristal, me adecenté un poco el pelo y entré. Me dirigí hacia él y cuando llegué a su altura le dije: Hola Emilio! Creo que no me esperaba a mí porque al girarse se sorprendió mucho me dio dos besos y me pregunto que qué hacía yo allí…¿cómo que qué hacía yo allí? Me desconcertó mucho todo aquello y no sabía muy bien qué decir, opté por la verdad total ¡qué iba a perder! Le dije que tú habías preparado todo aquello a lo que él respondió ¡así que eras tú a quien esperaba! Él se pensaba que era una cita a ciegas ¿una cita a ciegas hermanito? ¿Qué pasa que si le hubieras dicho que era conmigo no habría querido ir? Menudo comienzo de cita…Nos reímos mucho de la situación tan surrealista pero creo que por dentro ambos pensábamos “joder Raulito, que cabrón”. Ya que estábamos allí decidimos cenar, estábamos hambrientos con la tontería. Hablamos de todo un poco: de nuestros planes para el verano, de nuestros amigos, de anécdotas graciosas, me preguntó por mi Vespa, me comentó que quiere estudiar medicina. Creo que hasta anoche no me había fijado en sus ojos, tan azules, con esa mirada rasgada, tan vivos… Se había dejado barba de días y la verdad es que le quedaba muy bien, no parecía tan niño. No sé qué me pasó ¡pero que me quedaba embobada mirándole! Si lo hubieras visto como hablaba, cómo sonreía, tan encantador ¡tan carismático!... Creo que en el próximo email te contaré la segunda parte de la cita ;).

           ¡Me llaman a cenar! Ah! Que no se me olvide ¡Ten cuidado y no te subas en coches de gente desconocida! No quiero quedarme huérfana de hermano ¡al menos tan joven! Eres demasiado impulsivo, pero eso sí, tienes muchísima suerte eso no puede negarlo nadie. Por favor ten mucho cuidado y no seas tan despiste y acuérdate de llamar a mamá por el bien de ambos.
Cada día te echo más de menos.

           Un abrazo y un millón de besos más uno de buenas noches ;)

           Ari


           PD. No te olvides de la postal que te pedí de París.


lunes, 18 de julio de 2011

Día 2 - Una bufanda por un viaje.

Inteligente hermana:

No hay suficientes adjetivos en nuestra lengua para expresarte mi más pura admiración. ¿Quién lo iba a decir? Te voy a dar la razón. Pero no esa razón que doy para que te calles, ni esa otra que compro los domingos por la mañana en el kiosco. ¡NO! Ésta es de verdad. ¿A qué se debe este ataque de sinceridad, tan bien merecida, desde mi persona? Pues a que acertaste cuando comentaste que tal vez, aunque improbablemente, mi billete estaba mal.

Diste justo en el centro de la diana. Me he equivocado, algo poco habitual en mí. Y a la vez, algo perturbador para la gente que me admira (¿Qué pensará Su Santidad de mí?). Pero no te preocupes, lo único que ha pasado es que estoy en Berlín.

Empecé a sospechar cuando bajé del tren. Había mucho alemán; tal vez demasiados. Luego, mis sospechas fueron en aumento cuando comprobé que el mapa del autobús no estaba en francés. Pero lo que despejó toda duda fue cuando no encontraba tiendas de boinas. Algo raro estaba pasando. A lo mejor solo eran divagaciones mías. Podría ser que estaba en el típico barrio alemán, o que Alemania había invadido Francia durante mi viaje en el tren. Pero cuando miré el billete más de cerca comprobé que... sí, lo que sospechaba: tenía una mancha de café. ¡Y no sólo eso! En destino ponía claramente Berlín. ¡Maldita vendedora de billetes! Admito que no la escuché muy bien cuando me hablaba porque mis ansias por irme de Amsterdam eran muy superiores a mi autocontrol, y prestaba mas atención a su escote que a su boca. Pero estas cosas no deberían pasarme.

El daño ya estaba hecho. Daba igual lo grande que tuviera las tetas. Estaba en Alemania, y sin dinero. Tú sabes mejor que nadie que la gente me conoce por mi templanza y mi ingenio para salir de estas situaciones.

Después de estar un rato llorando en posición fetal, mientras llamaba a gritos a nuestra madre, a una chica se le cayó la bufanda al suelo. La recogí, la olí (Channel 3 lo menos), la tasé (no pasa del euro), y me probé (no combinaba con los zapatos); fui tras la dama para devolvérsela. Ella se dio la vuelta y... vi un ángel encarnado en un cuerpo de vicio. Podría pasarme horas describiendo su belleza, pero mi batería no daría para tanto. Llamarla “preciosa” se quedaba corto, como decir que el océano pacífico tiene algo de humedad, que el sol brilla ligeramente, que el Sáhara apenas tiene arena, o que papá sólo tiene pelusilla en el sobaco. Ahora ya se porque nací: para poder mirarla durante unos instantes. He cumplido todos mis objetivos, ahora podré morir en paz. No hay belleza comparable en este mundo. Es más, me voy a arrancar los ojos porque ya no hay nada más interesante que ver en este mundo.

Como te puedes imaginar, me quedé como una estatua mirándola. O por mi cara estupefacta, como una gárgola. Intentando recordar cómo se respiraba. Tenía que mover cualquier músculo para demostrarle que estaba vivo. Pero la magia se rompió cuando la propietaria de la bufanda se movió hacia mí, tapándome la visión de la diosa que estaba mirando. Ella desapareció de mi vida, y en su lugar quedó la chica que perdió la bufanda.

Volví a la realidad. Era como si las sirenas hubieran cesado de cantar. Me sentía aturdido y confundido. Había una joven, de ventipico años, intentando arrancar la bufanda de mi mano mientras me daba las gracias. Llevaba puesto unos vaqueros medio rotos (aunque parecían recién comprados), una camiseta amarilla trescientas veces mas grande que su talla recomendada, dejando a la vista el tirante del sujetador de la parte izquierda, y un pelo largo recogido en un moño atravesado con unos palillos chinos, los cuales no sabría decirte si estaban usados. O de si ella era consciente que los llevaba puestos. Tal vez se había caído en una tienda china. Eso explicaría parte de su vestimenta. Cuando consiguió que soltara la bufanda, la invité a tomar algo.

Ahora estoy subido en su coche camino de Francia. No en el maletero, sino como copiloto. De lo contrario, ya te abría comentado algo de un rescate con billetes sin marcar y un helicóptero. Resulta que ella también tiene que ir a París, pero por cosas de estudios. Es pintora indie o algo similar. Tampoco hemos tenido tiempo de profundizar en nuestras vidas. Le conté mi tropiezo y... mi sonrisa hizo el resto.

Me estoy mareando, te voy a dejar por hoy. ¡Ah! Antes de que se me olvide. Emilio es un partidazo, ¿por qué no quedas un día con él? Es un gran amigo, y sé que le gustas; sólo tienes que darle un pequeño empujón (una caricia, un beso, un polvo, un hijo...), y será tuyo. No me gusta la vida solitaria que tienes, ya es hora que te busques a alguien que te comprenda y que te quiera. Eso o te metes a monja, pero creo que eso no te va. Dale una pequeña oportunidad mañana a las 22:00 en el restaurante Humphrey's. Os he reservado una mesa para dos a mi nombre.

Ya me cuentas como fue la cita.

Un abrazo de tu hermano que te quiere.

Raúl




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jueves, 7 de julio de 2011

Día 1 - Fievel y el nuevo mundo.

Querido polizón:

           Creo que te ha afectado mucho que papá nos pusiera tantas veces a lo largo de nuestra vida la película de “Fievel y el nuevo mundo”, primero decides irte a América porque sí, cruzar el charco es como… como ir a comprar el pan, ¿también piensas que “no hay gatos en América y las calles de queso son” ? (Como ves me acuerdo de la canción perfectamente) pero es que eso no es todo ¡encima como polizón! ¿Qué va a ser lo próximo, que pierdas a tu familia? Anda! Pero si la has dejado en Ámsterdam! Lo dicho hermanito cada vez me asombran más las coincidencias.

           Sólo a ti se te podía ocurrir subirte al tren de esa manera, ¿seguro que la fecha del billete era correcta? Conociéndote no me extrañaría que te hubieras equivocado de día, o de hora, incluso de lugar! ¡Pero si te pasa con las entradas del cine! Ains hermanito que disgustos me das ¿por qué me obligas a adoptar el papel de hermana mayor? ¡Qué familia!

           Supongo que querrás estar al corriente de las noticias que suceden por aquí, voy a intentar ser breve: ha llamado Jenkin preguntando por ti, que dónde te habías metido porque no sabía nada desde hacía 3 días… ¿a tu mejor amigo tampoco le has dicho nada?; los papás no se tomaron muy mal la mentira, es más ¡hasta papá puso la sonrisilla esa de “este es mi hijo”!, mamá se extrañó más… Creo que en breve subirá a tu habitación a buscar pistas cual Sherlock Holmes y no, yo no pienso entrar a organizarlo ;).

           Ahh! Y por último y más importante esta mañana he ido al Ámsterdam Centraal a buscar mi moto, si esa vespa rosa que tomaste prestada y que por cierto ¿qué hiciste de las llaves? ¿No las dejarías puestas verdad? Ups!! ¿lo acabas de recordar? Gracias hermanito, ahora no sé dónde leches está mi vespa! Por cierto el guardia de seguridad con el que he hablado esta mañana me ha contado que un chico de “extraña apariencia” conducía una moto rosa muy atropelladamente, que dio varias vueltas por el parking (al parecer no controlaba mucho la moto) y que acabó por dejarla junto a un banco con un anciano, que el chico salió tan disparado que ni siquiera se llevó las llaves consigo… ¡¡¡¡yo te matoooooooooooooooooooo!!!! Ah! Y por supuesto que le he dicho al guardia que como no te decía nada!!! A lo que me ha contestado muy fríamente que ése no era su trabajo ¡¡que no era su trabajo dice!! ¿Entonces para qué está dando vueltas alrededor de un parking? Por supuesto no tenía ni idea de quién se la había llevado porque horas más tarde la vespa había desaparecido… He colgado carteles por la ciudad y colgado un anuncio en el face. Tengo la esperanza de encontrarla y ya puedes cruzar los dedos porque si no te juro que iré hasta EE. UU te daré de collejas hasta hartarme, te cortaré en pedazos y tiraré tus trozos a los tiburones! Bueno de momento he de conformarme con tomar prestado tu mac y apropiarme de tu bicicleta, ya sabes un pequeño impuesto por daños y todo eso…

           Bueno te dejo que me llaman a cenar… Se te echa de menos.


           PD: Cuídate mucho y mándame una postal desde París.

           Ari




viernes, 1 de julio de 2011

Día 0 - El tren se mueve.

Hola hermana:

Soy un polizón, pero un polizón con billete. Ya no sé qué será lo próximo: ¿Hablar mal de mí mismo? ¿Hacerme el amor? ¿Regalar dinero a los ricos? Acabo de definir: prensa rosa, masturbación e impuestos. ¡Ups! La cuestión es que, de esto que ahora te voy a contar, ni una palabra a los papás; que me denuncian.

Resulta que, después de enviarte el e-mail, me puse en la cola para entrar en el tren. Yo me quedé distraído, repasando que no se me olvidara nada en casa: el móvil, el cargador del móvil, la funda del móvil, el manos libres del móvil... y las otras cosas (ropa y no sé qué más). Qué luego volver aquí, a Amsterdam, me da mucha pereza. Además, cuando volviera en el futuro, no me sentiría muy acogido. Se que los papás quemarán todas mis pertenencias en una hoguera. Espero que después de enterarse de la noticia, que antes sería de muy cabrones. Y bailarán alrededor de ella para festejarlo. Lo que no tengo claro es si estarán felices de mi suerte o de su suerte. Si sacrifican una gallina en mi nombre, entre cánticos paganos, supongo que tendría que evitarlos en mis futuras visitas. Aunque sé que me quieren, o lo han disimulado muy bien durante mi vida :D .

Pues cuando me toca enseñar el billete al revisor, me comenta que no valía. ¡Que no valía! ¿Qué pasa? ¿El papel no tiene la suficiente calidad para su ilustrísimo señor? ¿O acaso el billete no está correctamente cortado siguiendo el estándar de la casa de la moneda? Un famélico hombre con un acento ruso, pero ruso ruso cerrado, me dice que me informara en recepción para “más información”. O eso entendí, ya que le costó horrores decirme dos palabras seguidas en cristiano. Claro, no tenía otra cosa que hacer que salir de la cola y arriesgarme a que se fuera el tren junto a mi futuro. ¡Pues no, camarada!

Inteligentemente y razonadamente, llegué a la conclusión de que la oficina mencionada por el Zar estaba dentro de un vagón. Lo intuí por las palabras que no me había dicho. ¡Estaba ahí! O a mi derecha, debajo del cartel luminoso “Oficina de información”. Qué casualmente me había señalado, con el dedo, el revisor. Recórcholis, ¡no había tiempo para desvelar la verdad! Me pregunté: ¿Qué haría Jesús en mi lugar? Evidentemente, mirar dentro del tren.

Disimuladamente me aparté de la cola, y me puse a silbar. Así parecería menos sospechoso. Fui al lado contrario, y cuando nadie miraba di un salto por encima de la valla. 9,87 sin salpicar. Me sentí bastante decepcionado al comprobar que la valla, que había saltado, daba a un parque infantil. Y, que debajo de mi pie, estaba la mano de un infante con una mirada de odio.

Después de una huida rápida, un par de saltos de vallas, tres caras perplejas de unos empleados, y cuatro medallas olímpicas (incluida salto de valla y 100 M. lisos); comprobé que desgraciadamente me equivoqué. ¡La oficina no estaba dentro! Qué pena sentí en el corazón. ¿Como podré librarme de esta pena infinita que consume mi alma? Tuve que elegir entre cara y cruz, y no tenía ninguna pista. ¿Como iba a sospecharlo? Pero ya que estaba dentro... pues me pondría cómodo ¿no? Para descansar los pies sobretodo. Uno empieza a tener una edad jejejeje. Hasta Lupin habría quedado deslumbrado antes tales hazañas. No me colé intencionadamente, fue que... la vida es complicada.

Y así cogí el tren. Es una nueva forma de hacerlo. Puedes pagar o dejarte llevar por las circunstancias. Un poco mas tenso, pero mas entretenido a la vez. Ha sido un crimen sin víctimas, yo pagué mi billete. Si no contamos al expianista. Me refiero al niño que le pisé la mano. Lo llamo así porque no creo que pueda tocar el piano en su vida. Ni posiblemente la sensibilidad. Aunque espero que con mucho entrenamiento vuelva a mover los dedos. Es que le dejé muy mal. Lo siento.

Ahora estoy aburrido. Desde que subí al tren no he hecho nada, salvo comprobar la batería del portátil y ver al niño de enfrente jugar con su muñeco. Dentro de poco tendré que irme al vagon-cama, donde esta mi habitación.

Ahora voy a andar un poco para estirar las piernas e intentar quitarme el dolor de cuello. ¿Te acuerdas de esos sillones de relax que siempre estábamos hablando de comprarle a mamá? Pues esto es todo lo contrario. Pequeño, ruidoso, estrecho, áspero, sucio y encorvado. Me recuerda al abuelo. Pero lo que más me molesta es la corta distancia entre el asiento de delante y atrás. Tengo que tener las piernas como un nudo marinero. Tal vez no consiga desentrelazarlas nunca más. O al menos, es la sensación que tengo. Pero es la única forma de no fracturarme las rodillas, te lo juro. Me entran ganas de arrancar el asiento, tirarlo sobre la ventana, salpicando a los pasajeros con los cristales rotos, y gritar: -¡Libre; al fin LIBRE!- No obstante, me reprimo mirando a un gordo que hay a mi lado. Es hipnótico el movimiento de sus lorzas a los vaivenes del tren.

Mañana te cuento mas.

Un besazo, pequeñita.

Raúl




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