jueves, 8 de diciembre de 2011

Blanca - 20 años más tarde.

Querida y sexy madre:

El resfriado ha ido a peor. Y el gélido aire del acondicionado me está llevando lenta e inexorablemente a una fría tumba. Parece ser que es tradición en Madrid utilizar los hoteles de neveras gigantes. Y me jugaría mi carrera de periodista a que lo pondrían más bajo si pudieran. Todos mis fluidos corporales se están convirtiendo en mocos, a una velocidad de 4 l/s. Llevo dos paquetes de clínex, un pañuelo de seda, 2 rollos de papel higiénico de la habitación, una hoja de una planta artificial, y una camisa del botones. Al pobrecito le estornudé en todo el uniforme. Se la dejé tan mal que me la dio para que me sonara. Te aseguro que un alien recién saliendo del huevo suele estar menos pringoso de como se la dejé.

Ahora me he metido en la bañera con el agua tan caliente que se me está pelando la carne como un gallina y las cejas se están volviendo negras. Pero prefiero este microclima al macroclima del hotel. Además estoy en la gloria. He encontrado una bandeja que supuestamente es para comer en la bañera, que he aprovechado para poner el portátil y una botella de Ron. Sé que me van a sacar un ojo por beberme la botella del mueble bar, sin embargo lo prefiero a bajar a comprar. En mi estado, una brisa de aire mal tomada puede arrebatarme la vida.

Mañana por la mañana saldré en busca de mi primera pista: Según me dijo mi contacto, el último lugar donde enseñó el pasaporte fue un locutorio del barrio de Salamanca de Madrid. Lo que no pudo decirme fue el porqué ni el lugar. No obstante, es mejor esto que nada. Me va tocar patearme todas las calles como cuando mendigaba noticias en mis prácticas de la carrera. ¡Y sólo tengo tacones!

En cuando esté sobre la pista te informo de las novedades.

Tu bella y monísima hija.

Blanca

PD: Terminé de leer los e-mails del tío mientras estaba en el avión. Se que lo hemos hablado miles de veces, pero sigo dándole vueltas a la razón por la cual cuando cruzó la frontera fue a España y no a Francia. ¿Por qué hacer un viaje de 5 días para luego desviarse en el último momento? ¿Por qué dejó su sueño cuando estaba tan cerca?


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miércoles, 26 de octubre de 2011

Día 5 - A una nariz de Francia.

Lejana hermana:

¡Estoy fuera del país!: Leverkusen, Bonn, Wiesbaden, Mannheim, Karisrúhe, Baden-Baden, Freiburg mi Freisgau, Bern, Lausanne y... ahora estoy aquí. Concretamente en Ginebra (Suiza). Archiconocida por sus quesos, chocolates, navajas, su bebida alcohólica (creo que es el Ron) y su manufacturación de levadura (lo último no lo busqué en libros, solo lo sé yo). Y te preguntarás con cierta perspicacia: - Pero dichoso hermano, llevas 4 días fuera de nuestras fronteras. Has estado recorriendo Alemania a pie, en tren, en coche y en un bici que robada a un niño pequeño.- Efectivamente, todo es cierto (salvo la bici, pensaba haber dejado claro ese punto). La única diferencia es que ahora voy por buen camino. Mi latitud está ligeramente más a la izquierda que antes. Ahora la distancia geográfica empieza a bajar.

Admito que estaba encapricho con el viaje, tenía grandes expectativas. De hacer un mejor amigo en cada vagón del tren, de conquistar una doncella en cada estación. Con dos grandes, turgentes y palpables... personalidades. Sin llegar a ser una esquizofrénica pero sin dejar de ser bella. Y todo ello sin perder mi objetivo principal: París. Calculando cada segundo de mi travesía para llegar lo antes posible. Pero el destino me llevó por el camino más largo.

Después de tanto infortunio, muerte y revisores-cambia-billetes; al fin estoy a unos pocos kilómetros del país donde empezará mi nueva vida. Casi puedo oler el país. Y por mucho que me digan los bomberos (que están apagando una fábrica de incienso justo detrás de mí); yo sé que huele a Francia. Sus viñedos, sus especias perfumadas, su liberté, su égalité, su fraternité... Me saltan las lágrimas. Y no solo es por el olor tan intenso que hay en el aire, sino porque me emociono pensando que ya casi va a terminar mi viaje.

Cuando hace 8 horas que cogí el primer autobús con destino a “lo-más-lejos-de-aquí-por-favor”, nunca pensé que me llevaría por un camino tan sincronizado a mis deseos. Por las líneas de autobús calculé que había:

-Un 17% de acabar en Rusia, trabajando en un barco pesquero con destino a Francia.

-Un 8% de acabar en Italia, robando un bote y remando hasta Francia.

-Un 46% de acabar en Suiza, haciendo autostop hasta París.

-Un 28% de acabar en Bélgica; preguntandome que hacía ahí y por qué no me podría haber tocado Rusia, Italia o Suiza.

-Y un 1% de que el autobús fuera en realidad un dragón disfrazado y me llevara volando hasta París. Deseé mucho esta posibilidad.

Perder todo mi dinero ha sido lo más traumático. Como recordarás, mi maleta no pude recuperarla. Perdí las cosas más preciadas que poseía sobre la faz de la Tierra y, además, mi colección de sellos. Por suerte llevaba encima la cartera, con todos mis ahorros. Me compré un Netbook. Cuando lo pagué me esperaba un libro electrónico que se conectara a internet. Y resulta que es el hijo desnutrido y circuncidado de un portátil. También me compré algo de ropa en la tienda de la estación, una mochila para llevar todo, una cajetilla de tabaco, un mechero, un libro para dejar de fumar, unos chicles de nicotina... y cuando me acordé de que no fumaba... una papelera... y, por último, un mapa de Francia.

Como siempre te digo, hay dos cosas que no puedo apartar la vista aunque quiera: una injusticia a un trabajador honrado y un niño gordo jugando al fútbol. Pues añade una tercera: un cuadro del río Arve al amanecer, el río que cruza esta ciudad. Tal cual lo vi, tal cual lo compré. Es precioso, lleno de colores como si el pintor fuera daltónico y le hubieran mezclado dos juegos de pinturas, con un reflejo de la luz sobre las aguas, una barca cruzando por el centro... una obra de arte. Mide 3 x 2,5 metros, y no es precisamente cómodo para llevarlo. Pero mecere la pena. Lo llevo atado a la espalda y de vez en cuando, sobretodo con las esquinas cuando me giro muy rápido, saco algún ojo. Menos mal que no les entiendo, porque sino estaría preocupado. Menudos gritos me pegan cuando empiezan a sangrar.

Me despido que voy a hacer autostop. Pero no estaré auto-parado, sino haré muchos movimiento cuando aparezca un coche. Incluso haré malabares con los calcetines, seguro que les llama la atención. Espero que se entienda que busco un vehiculo y no que vendo drogas de una forma creativa.

Cuídate pequeña

Raúl

PD: Ahora que estoy a un par de países de distancia y estoy en uno neutral, me he atrevido a llamar a nuestro padre. Me dijo de todo menos «te quiero». Mencionó algo de una oveja negra, de que me había dado la vida y me la podía quitar cuando quisiera, de algo sobre volver a redactar su testamento, contratar francotiradores, comida envenenada, ballestas, misil tierra-tierra... y un montón más de argumentos para que volviera. Pero me mantuve en mis 13, y él me nombró 13 formas de matarme desde Ámsterdam. Cuando quiere es de lo más imaginativo. No le tengo miedo, me protege la distancia y el tratado de la utilización de armas nucleares. Mañana lo intento con mamá.

PD2: ¡No tengo novia! Sigo sin entender como esa chica sigue encaprichada de mí. Sólo fue accidente, un error de un año. Sexo a diario y fines de semana con sus padres. Nada que me comprometa. Nunca creí que se lo tomaría tan en serio. Si te vuelve a insistir dile que estoy muerto, o gay. Lo que te sea más cómodo.

PD3: Y lo del chico que te intentó dar un beso... coge turno, busca un asiento y espera a que me importe. Tu vida amorosa me importa bien poco. Tanto como la mía. No intentes convertirme en el hermano comprensivo que nunca he sido.

PD4: Como te toque, le toco.



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domingo, 16 de octubre de 2011

Día 4 - Destierro del mundo virtual.

A mi perdido y querido hermano mayor,

Antes de nada… Lo siento!!! Mis disculpas ante este breve período en el que no has sabido nada de mí pero he de decir que en parte es culpa tuya ¿y sabes por qué? Porque tu querida y estimada madre me ha dejado sin internet en casa!! Creo que es el peor castigo que le pueden hacer a una adolescente en plena fase de crecimiento. Qué va a ser de mí? He sido desconectada del mundo! Pues sí hermanito estoy en casa de Julieth robándole su más que preciado portátil para poder contestarte y bueno, también para resolver ciertos asuntos que tenía pendientes, claro. Por favor, llama a los papás esto está siendo catastrófico ¡No es justo que yo pague las consecuencias! Sabes que desde que te fuiste se ha ido complicando mi vida de una forma indescriptible! Y todo comenzó con la pérdida de mi vespa rosa :( . De hecho te voy a enviar la última foto que tengo de ella (la que aparece en el anuncio que colgué en Internet y por toda la ciudad) para que te devore el remordimiento de conciencia!!!

Noticias frescas de tu amada, hace un par de días que Sarah me preguntó otra vez por ti, me pilló al salir de mis clases de Literatura. Me preguntó si te había dado el sobre y le dije que sí, su bonito rostro de muñeca se tiñó de decepción porque eso significaba que estabas pasando de ella ¡te parecerá bonito hacerle eso a una mujer! Se volvió vergonzosa de repente, balbuceó un par de veces y desapareció. Me pregunto qué te diría en esa famosa carta…. ¿La puedo abrir? ¿puedo? ¿puedo?

Si mi memoria no me falla te prometí que en el siguiente email te contaría la segunda parte de la cita con Emilio vayamos pues a ello. Tras cenar fuimos andando hasta Vonderpark, allí dimos un laaargo paseo y nos tumbamos en el césped junto al estanque ese que tanto te gustaba. Estuvimos hablando mientras observábamos las estrellas, una cita en toda regla vaya. Pero hubo algo que no me terminó de gustar, fue demasiado tímido por lo que pasé de estar muy muy a gusto con él en el restaurante a sentirme incómoda cada vez que se acercaba un poco más a mí. Y ya sabes cómo soy que en cuanto hay algo por mínimo que sea que no me gusta…. Mal…. Me acompañó a casa y justo cuando nos íbamos a despedir se armó de valor y fue a darme un beso pero yo inconscientemente giré la cara y su beso fue a parar a mi mejilla. ¡Tierra trágame! Si ya estaba vergonzoso imagina cuando le rechacé, se puso rojo como un tomate y me dijo adiós sin mirarme, como si fuera hielo. Y yo me quedé allí plantada viéndole marchar y pensando que lo más seguro era que Emilio no me volviera a dirigir la palabra… Y hasta hoy así ha sido. ¿Qué hago Raúl? Es mi amigo y si no hago algo no sabré nada más de él, ya le conoces…

He de irme que se hace tarde y Julieth ya me está empezando a mirar mal por acaparar su más preciado tesoro. Hazme caso por favor y llámales se quedarán más tranquilos y no llamarán a la policía. Sabes que estoy de tu parte y te apoyo en todo pero les está afectando no saber nada de ti, mamá está más nerviosa de lo normal y aunque papá no sea de expresar sus sentimientos sabes que se le nota. Por favor no seas cabezón y llámales.

Prometo escribirte mañana, he encontrado un cibercafé realmente barato! Tengo muchas cosas que contarte hermanito.

Un beso, esta semana te he echado muy en falta ;)

PD: Te adjunto la foto de mi perdida vespa.



martes, 11 de octubre de 2011

Día 4 - Tarde de bicicleta.

Fiel hermana:

A pesar de ser mi única hermana, eres mi favorita. Y no lo digo por hacerte la pelota, que también, sino porque necesito decirte algo para ignorar a mis pies. ¡Chillan de dolor! Después de haberles obligado a andar 5 Km. en una marcha rápida, ahora quieren tomarse su venganza. Y no precisamente fría. Insisten en decirme que están ahí, que me recuerdan, que me odian. ¿Quién soy yo para reprocharles? Todo el día aguantando mi peso, con todas las partes de mi cuerpo. Encerrado en una cárcel de tela que no dejan penetrar la luz. Perdiendo la cabeza en la más absoluta oscuridad. Con un calcetín que retiene el sudor en vez de escurrirlo, para que se quede adherido a su piel. Sintiendo en su superficie una sucia, húmeda y pestilente toalla. Ahora es su momento de la venganza, pero lo aguanto con comprensión. Al menos estoy sentado. Concretamente en el suelo de Widdert. Desde aquí tomaré un autobús que me lleve a un sitio lejos de este lugar. Queda media hora para que aparezca, lo cual me da mucho tiempo para pensar, pensar que escribirte, y escribirte. Lo sucedido entre ayer y ahora ha destripado toda mi fe por la raza humana. Me han llamado ladrón, me han perseguido como un asesino...y ahora intentan volverme loco. ¡Bicicletas por todas partes! No dejan de pasar. De arriba a abajo, de abajo a arriba, de izquierda a abajo, de derecha...etc. Menos de centro a centro, y tira porque me toca, por todos los rincones que pueda circular.

Todo empezó como un todo buen episodio de C.S.I. que se precie: con un asesinato. La víctima: un coche. El asesino: mi acompañante. Esperando en la escena del crimen a que aparezca el meca-médico. Un hombre con poderes mágicos. Capaz de convertir un montón de chatarra oxidada en una maquinaria capaz de movernos a una desorbitante velocidad de 45 Km/h., 48 cuesta abajo. La pérdida de nuestro transporte fue un duro golpe para los dos. Nuestro tiempo era limitado, y nuestras impaciencia infinita. Pero aun así aguardamos un día hasta que apareciera el mecánico del pueblo-mausoleo-aldea-tribu-agujero.

A las 12:00 de la mañana apareció un hombre con una barriga...enorme. ¡Santa Madona! Tan grande que tuve que mirarla dos veces porque la primera vez no me lo creía. Era más larga que ancha. El hombre tenía que enrollarla sobre sí misma para poder andar. Mis ojos no podían apartarse de ella. Físicamente no podía estar allí, su longitud era irracional, estaba fuera de las leyes físicas. Pero no obstante, persistía en esta realidad. Tatuándose en mi retina. Tentándome a tocarla, a capturarlo para exhibirlo en un circo, a colgar un extremo con un clavo y usarla como hamaca. Gracias a los cielos, mi compañera hizo de portavoz. Mi mente estaba suspendida en el Nirvana.

Le explicó todo lo sucedido con pelos y señales. Como ese ombligo que se asomaba por debajo de la camisa reclamando libertad. (Tres bicicletas acaban de pasar por delante mía. ¡Tres!) Nos lo podría arreglar en cuando le llegara una pieza de Amsterdam. Menudo palo. ¡Y encima de Amsterdam!, para darle más ironía al asunto. Ahí, justo en ese mismo instante, fue cuando comprendí que debía encontrar una solución en común. Mientras ellos debatían el presupuesto y el tiempo que tardaría en llegar la pieza, yo decidí dar media vuelta e irme. No fuera del taller, ni de la calle, ni del barrio; sino del pueblo-mausoleo-aldea-tribu-agujero. Salí sin despedirme, sin avisar. Simplemente vi que era el momento de cambiar de rumbo. Tomé el primer camino que encontré, dejándome llevar por la carretera.

No pensé en nada, sólo caminar. Un pie detrás de otro. Luego se cambian el lugar y... ¡cha cha CHA! Avanzando con rapidez, como si en cada curva me esperase un lingote de oro. Y siempre que llegaba, me picaba la curiosidad por la siguiente. Hasta que encontré algo. No tenía forma de lingote, ni de diamante, ni de bolsa con el símbolo del dólar. Era una llave plateada muy pequeña. ¿Quién había dejado esto aquí? ¿Tal vez me lo dejaron expresamente para que lo encontrara,y para que me preguntara quién lo había dejado aquí? ¿Y si lo habían dejado expresamente para que lo encontrara? La suciedad que lo envolvía despejaba muchas de mis dudas. Pero ¿cuáles? Era momento de la acción. La recogí y me dí media vuelta.

No sólo tomé la decisión de volver al pueblo-mausoleo-aldea-tribu-agujero para buscar al propietario de la llave, sino porque además me había dejado la maleta.

(Una abuela de doscientos años ha hecho un caballito delante de mis narices.)

De camino de vuelta me puse a juguetear con la llave. No era muy grande, y no obstante era muy pesada. ¿Qué abriría? ¿Qué no abriría? ¿Podría abrir botellas? ¿Sería la llave de mi alma? ¿De la casa de un cerrajero? Mis reflexiones fueron interrumpidas por unas luces a los lejos. Me fijé en que estaban apareciendo unas pequeñas luces sobre el pueblo: -Seguramente será la iluminación.- Pensé. Pero la verdad la descubrí unos kilómetros más adelante. ¡Eran antorchas!, sostenidas por los habitantes del pueblo-mausoleo-aldea-tribu-agujero. Buscaban desesperadamente algo entre la hierba. Y en el centro, un niño lloraba mientras apretujaba su osito de peluche en un abrazo realmente doloroso. Si alguna vez había estado vivo, definitivamente ahora estaba muerto. Fui acercándome cautelosamente, con una sensación extraña en mi piel. No sabría como describirte lo que experimentaba. ¿Alguna vez has sido testigo de una perturbación cuántica a medio día? Pues más o menos lo mismo, pero por la tarde.

Un escalofrío me recorrió la nuca. El asfixia-osos me estaba mirando: - Mi llave del candado de mi bici, ¡LA TIENE ÉL!- Me paré en seco y miré la mano que tenía la llave. Los aldeanos me miraron. Yo miré al niño. El niño volvió a mirarme. Ellos me miraron. Yo los miré. El niño miró mi llave. Yo miré una perturbación cuántica que había a mi derecha. El niño me señaló. Yo me asusté. Los aldeanos dieron un paso hacia mí. Yo me cagué, y disimulé: - Se ha ido por ahí.- Ellos dieron otro paso. -Creo que hay un mal entendido. Las bicis no me gustan, en realidad odio a la gente que las utilizan.- El ambiente se puso muy denso. Tanto que una barrera invisible no me dejaba moverme, ni respirar:-Menudo calor que hace, ¿no?-. Uno de ellos se adelantó para mi tranquilidad:-¡A POR ÉL!-

Tiré la llave y cualquier cosa que me impidiera correr. Salí tan rápido como me permitían mis piernas y mis largos días tirado en el sofá. Correr, correr, correr... y cuando no los veía: correr más. Por el camino batí varias veces el récord mundial de los 100 m. lisos. Hice los 5 km. en 5 minutos.

No se como conseguí darles esquinazo en una carretera despejada, plana y sin ni una curva; pero lo hice. Cuando llegué Widdert fui directo a comprar los billetes de autobús. El destino era lo que menos me importaba, tenía que salir de allí lo antes posible. Y la diosa fortuna me sonrió un poquitín, porque el próximo saldría en apenas 30 minutos. El tiempo justo para colarme en un cibercafé y contarte mi situación. Si no vuelves a recibir ningún otro correo mío, avisa a las autoridades y di a nuestros padres que los quiero. Pero quiero que me recuerdes como el hermano que no te dejó tocar sus cosas después de muerto. ¡Me levantaré de la tumba si tan siquiera tocas el pomo de mi puerta!

¡Una bici roja! Están jugando conmigo, ¿desde cuándo hay tantas bicis en el mundo?

Voy a la estación, a ver si llega el autobús.

Un abrazo, hermana


Raúl



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viernes, 12 de agosto de 2011

Día 3 - No somos nadie.

Bienaventura hermana: 

El coche ya no se encuentra entre nosotros. Todo ocurrió tan deprisa, tan de improviso... no tuvimos tiempo de despedirnos. Quién nos iba a decir que esa maldita cuesta iba a ser su tumba. Empezó con un gorgeteo, luego el motor empezó a afixiarse, y después una humareda nos nubló la vista y desinfló nuestros sueños. Más tarde, sólo silencio. Mi compañera de viaje, al contemplar el humo, dijo que era aceite quemado, pero yo sabía que era su alma, que abandonaba su antiguo cuerpo para volver a la madre coche (el desgüace mas cercano). Todos los coches cuando mueren van a un aparcamiento muy alto. Tan alto que el final no se ve, porque se pierde entre las nubes. Allí, dependiendo de si han sido buenos o malos para sus propietarios, pasarán su última ITV. Si han hecho bien su misión, se les pondrá un alerón en la cabeza y un estéreo. Después irán a una pista de carreras donde podrán correr sin límiete de velocidad durante toda la eternidad con gasolina 98. Si han sido rebeldes, se les lleva a un atasco en hora punta. Donde esperarán y esperarán, y donde nunca podrán avanzar. Y lo largo de los siglos, las bocinas les consumirán la razón hasta caer en la locura. Si no queda clara su culpabilidad o inocencia, el seguro público divino les enviará a un taller. A ver qué se les puede hacer. 

Sé que en estos momentos, el nuestro estará corriendo con la moto de Ghandi y el escarabajo de la madre Teresa. Ahora está en un sitio mejor. 

Cuando este lamentable incidente ocurrió, tomé la iniciativa para solucionarlo. Como un caballero, me ofrecí a vigilar el coche mientras ella se iba a buscar un pueblo, andando bajo un intenso sol quemacerebros, y encontrar un mecánico. Hice mucho hincapié en que fuera una mecánica rubia. Por lo que me quedé pesadamente en el coche, con aire acondicionado, viendo la segunda de Shreck, mientras ella practicaba un saludable ejercicio aeróbico y se ponía morena. 

Encontramos un granjero, que nos remolcó con su tractor hasta un pueblo llamado "Lejos de la humanidad y cualquier símbolo de civilización". Sinceramente, ni me fijé en el nombre, me distrajeron sus medios tecnológicos tan... precarios. Tanto, que temí encender mi mechero por miedo a que me acusaran de brujería. Allí nos dijeron que el mecánico no abriría hasta mañana, ya que hoy era festivo. Tendríamos que pasar la noche en el pueblo. ¿O fue el pueblo quien lo decidió? ¡He escuchado un ruido! Ya ha parado. Supongo que no habrá sido nada. 

Explorarmos sus calles para distraernos. Aunque por lo poco estimulante que eran los alrededores, a mí me parecía que más que pasar el tiempo lo estabamos asesinando a sangre fría, y delante de su madre. No entiendo como alguien puede vivir de esta manera. La gente se comportaba mecánicamente. Todos haciendo las mismas cosas. Las mujeres se sentaban en las puertas de sus casas para cotillear, los hombres jugaban a las cartas, y los niños traficaban con heroína. ¡Ah, no! Era solo un enano que nos topamos en una esquina. Los críos jugaban a las cartas o cotilleaban en las puertas de sus casas. 

Si algún día tengo que dibujar la monotonía, estamparía lo que estaba contemplando en esos momentos. Salvo al enano, claro. ¿Dónde está la creatividad, el impulso de ser algo más, de no conformarse con lo que se tiene? Al llegar a las afueras y ver unas parejas "demostrando su amor", comprendí todo. Al final si hasta les voy a tener envidia a estos bárbaros. Después de todo no eran tan infelices como parecían. 

Deambulando, nos encontramos con un mercadillo instalado en plena calle. Vendían de todo lo que te pudieras imaginar, y algo más si tenías pinta de extranjero. Varias veces me vi tentado en comprarme un Rólex pirata. Con su calavera de fondo y sus manecillas de huesos. Pero mis ojos se posaron sobre un Rólex de imitación. Desde lejos parecía original. Y desde cerca... también. ¡Incluso el precio era igual a uno nuevo! Preguntando al vendedor me enteré de que mi alemán necesitaba un importante repaso. Me resultó tan raro su acento que no tenía claro si estaba negociando el precio o se había atragantado y me pedía auxilio. Al ver que su cara no se volvía verde, le pedí a mi compañera que intentara traducirme. 

Al final resultó que era el reloj de su padre, que había ganado mucho dinero como minero en peligrosas excavaciones y que había muerto recientemente por causas laborales. Le atropelló un coche cuando volvía a casa. No estaba dispuesto a gastarme un dinero que no tenía, por lo que continuamos nuestra ruta turística ignorando ese flamante reloj. 

Me recordó a las pulseritas VIP que nos dieron en el parque temático al que fuimos hace dos años, que si la enseñabas podías subir gratis a todas las atracciones que quisieras. Pues el Rólex lo mismo, pero cambiando atracciones por mujeres. 

Resignados, frustrados, cansados, furiosos, apenados, tristes, nerviosos, y algo violentos; decidimos comprarnos un canario. Lo llamamos Alfredo. Un bichejo de lo mas listo. Incluso más que algunos de mis amigos. Salvo tu actual novio, que es uno de mis mejores amigos. Porque sois novios, ¿no?¿No se habrá atrevido a darte un beso? Pero volviendo al tema, Alfredo era tan gracioso que decidimos llevarlo con nosotros a cenar. 

Creo que fue el momento mas íntimo que habíamos tenido nunca. Bebimos, comimos, reímos, jugamos, hacíamos el tonto, nos contamos secretos... Incluso hubo un momento que... ya sabes, me gustó un poquito. Pero nada, sólo un suspiro. Un latido del corazón. Una fracción de segundo. Lo que tarda mamá en empezar y dejar una dieta. 

Para hacer la digestión, paseamos por los alrededores. Cuando nos cansamos, nos sentamos en un montículo de paja que había por ahí, y nos pusimos a mirar las estrellas. Y en un momento determinado, cuando menos lo esperamos; nos incorporamos, nos miramos a los ojos y... decidimos terminar la velada. Alfredo no para de molestar. 

Y eso fue todo, al menos por hoy. El hostal tenía wifi, por lo que pensé en enviarte este correo antes de irme a dormir. Espero que mañana el mecánico pueda revivir el coche, porque estoy empezando a impacientarme. Nuestro tío se irá pronto, y yo no sé si podré llegar a tiempo. 

Tu hermano que siempre estará a tu lado. 

Raúl



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domingo, 24 de julio de 2011

Día 2 - Me lo debes.

           Despistado y deseado hermanito,

           Ni te imaginas la de nuevos acontecimientos que han sucedido por aquí en día y medio ¡Te sorprenderías! Hay tanto buenas como malas noticias espero que estés preparado para ello, así que agárrate bien fuerte al asiento del coche ese, abre tus ojos como platos y concéntrate en lo que vas a leer a continuación :D.

           ¿Te acuerdas que te dije que había escrito varios anuncios en el face preguntando por mi vespa rosa? ¡Qué error! Me han llegado todo tipo de mensajes, que si acepto una bici a cambio, que si Nuca una perrita perdida es mía… no sé creo que la gente ha de sufrir problemas de daltonismo o algo porque no sé qué parte de la palabra “COLOR ROSA” no entienden!! Hasta me ha llegado una proposición de matrimonio ¿pero en qué mundo vivimos? La gente está muy loca hermanito y encontrar mi vespa va a costar más de lo que me esperaba. He decidido que a partir de hoy exploraré diferentes partes de la ciudad con la bici en busca de mi vespa ¡no puede desaparecer  así sin más! Hemos compartido momentos de mi vida increíbles ¡no la puedo dejar abandonada a su suerte! Seguro que está tirada por algún callejón del barrio rojo, entre contenedores, junto a una hoguera de mendigos… ¡¡se estará mojando!! Ya sabes que por aquí llueve mucho…

           He de confesarte algo…. Mamá se ha enterado ¡¡por favor no digas nada todavía!! Espera a que te cuente cómo fue, Intenta no cabrearte demasiado, respira hondo, cuenta hasta cinco, vuelve a respirar… Pues verás, esta mañana a eso de las 9.00 mamá ha entrado en mi habitación con mi cámara de fotos en mano, tenía esa mirada de “ahora mismo vas a confesar todo lo que sabes” es muy lista mamá, ha aprovechado que papá no estaba en casa… sus palabras han sido: Ahora mismo me vas a decir donde está Raúl porque sé que tú lo sabes, y no me vengas con la historia de que se ha ido de fin de semana porque se ha llevado ropa suficiente para un mes y ya debería estar aquí” mientras cogía mi cámara con dedo índice y pulgar amenazando con soltarlo si la respuesta no le gustaba… ¡¡Intenté mentirle!! Te lo aseguro, pero.. ¡¡Es mi cámara!! Sabes que tuve que ahorrar todo un año para poder comprarla y cuando mamá se pone así es imposible mentirle. Voy a ser sincera le dije la verdad pero a medias, le comenté que ibas a EE.UU pero no para quedarte sino de viaje porque querías vivir esa experiencia, que te habías ido con un amigo y que en estos momentos deberías estar en París, no le dije toda la verdad porque tenía miedo de que sufriera un shock o algo así… Se quedó muy parada creo que pensó en cómo debería reaccionar porque la situación la descolocó por completo, se sentó en mi cama me dio la cámara y el silencio nos invadió durante minutos. Se levantó de repente y empezó a gritar ¡Pero es que yo lo voy a matar! ¡Como decide irse así a América, sin decirme nada! ¡Me va a matar del disgusto! ¡Lo voy a castigar durante un año entero! Y otras muchas más cosas que es mejor no mencionar. Querido hermanito vas a tener que llamar a mamá en cuanto leas este mensaje porque si no se lo contará a papá y a mí me castigará todo el verano sin salir. Llámala porque si no juro que haré tu Mac trizas, me lo debes, perdiste mi vespa rosa….

           Bueno voy a contarte ahora algo bueno para que se te pase el cabreo ;). Esta tarde se ha pasado Sarah por casa ¿sabía dónde vivíamos?. He bajado yo… vaya realmente tienes buen gusto eh Raúl ¡que chica tan guapa! Normal que pierdas el culo por ella: P. bueno la cuestión es que no estaba muy segura de si esa era nuestra casa,  ysi yo era tu hermana,  le dije que sí. Me preguntó que donde estabas porque te había llamado un par de veces al móvil pero que no le daba tono, creo que quería que la ayudaras con algo de las clases, le dije que te habías ido de viaje y que volverías en unos días. ¡Aún queda algo mejor! Cuando ya se iba se giró de repente sacó un sobre de su bolso marrón y me pidió que te lo diera con su sonrisa perfecta y su pelo rubio al viento. ¡¡Me tentó más abrirlo!! ¿Será una carta de amor? Lo he palpado varias veces y lleva algo en su interior, además está escrito a su puño y letra “Para Raúl de Sarah” ohhhhh ¡¡qué bonito, eh!! Perdona la expresión pero ¡qué puta es la vida! Ahora que tú no estás por aquí ella da el paso de venir a tu casa a darte una carta que supongo yo será de algo parecido a “amor”… bueno ya me dirás qué quieres que haga con ella, si quieres yo te la reescribo por mail :P.

           ¿Pero cómo se te ocurre preparar una cita con Emilio, estás loco? Mira pensé en no ir porque no… no estaba preparada pero lo pensé mejor y no quería dejarle plantado, no se lo merece. No te voy a engañar no me arreglé mucho porque somos amigos y no lo veo como nada más. ¡Me puse muy nerviosa! Y no lo entiendo porque es él, es Emilio, es mi amigo, pero tú me dijiste que le gustaba y no sé ¡es como si el mundo hubiera dado un giro de 180 grados! Cogí mi bici y me dirigí hacia el Humprey’s, le observé desde el cristal porque no me atrevía a entrar, cruzar esa puerta significaba aceptar que yo sabía que le gustaba y eso nos podría conducir a una situación nueva entre nosotros e incómoda, así que le observé durante unos minutos. Estaba en la barra tomándose una Coca-cola, tenía un aire diferente no te sé decir qué ni por qué, la verdad es que se había puesto guapo para la ocasión. Me pregunté qué le habrías dicho tú, si sabía que era yo a quien esperaba… Me decidí a cruzar la puerta porque ya había esperado suficiente, me miré en el cristal, me adecenté un poco el pelo y entré. Me dirigí hacia él y cuando llegué a su altura le dije: Hola Emilio! Creo que no me esperaba a mí porque al girarse se sorprendió mucho me dio dos besos y me pregunto que qué hacía yo allí…¿cómo que qué hacía yo allí? Me desconcertó mucho todo aquello y no sabía muy bien qué decir, opté por la verdad total ¡qué iba a perder! Le dije que tú habías preparado todo aquello a lo que él respondió ¡así que eras tú a quien esperaba! Él se pensaba que era una cita a ciegas ¿una cita a ciegas hermanito? ¿Qué pasa que si le hubieras dicho que era conmigo no habría querido ir? Menudo comienzo de cita…Nos reímos mucho de la situación tan surrealista pero creo que por dentro ambos pensábamos “joder Raulito, que cabrón”. Ya que estábamos allí decidimos cenar, estábamos hambrientos con la tontería. Hablamos de todo un poco: de nuestros planes para el verano, de nuestros amigos, de anécdotas graciosas, me preguntó por mi Vespa, me comentó que quiere estudiar medicina. Creo que hasta anoche no me había fijado en sus ojos, tan azules, con esa mirada rasgada, tan vivos… Se había dejado barba de días y la verdad es que le quedaba muy bien, no parecía tan niño. No sé qué me pasó ¡pero que me quedaba embobada mirándole! Si lo hubieras visto como hablaba, cómo sonreía, tan encantador ¡tan carismático!... Creo que en el próximo email te contaré la segunda parte de la cita ;).

           ¡Me llaman a cenar! Ah! Que no se me olvide ¡Ten cuidado y no te subas en coches de gente desconocida! No quiero quedarme huérfana de hermano ¡al menos tan joven! Eres demasiado impulsivo, pero eso sí, tienes muchísima suerte eso no puede negarlo nadie. Por favor ten mucho cuidado y no seas tan despiste y acuérdate de llamar a mamá por el bien de ambos.
Cada día te echo más de menos.

           Un abrazo y un millón de besos más uno de buenas noches ;)

           Ari


           PD. No te olvides de la postal que te pedí de París.


lunes, 18 de julio de 2011

Día 2 - Una bufanda por un viaje.

Inteligente hermana:

No hay suficientes adjetivos en nuestra lengua para expresarte mi más pura admiración. ¿Quién lo iba a decir? Te voy a dar la razón. Pero no esa razón que doy para que te calles, ni esa otra que compro los domingos por la mañana en el kiosco. ¡NO! Ésta es de verdad. ¿A qué se debe este ataque de sinceridad, tan bien merecida, desde mi persona? Pues a que acertaste cuando comentaste que tal vez, aunque improbablemente, mi billete estaba mal.

Diste justo en el centro de la diana. Me he equivocado, algo poco habitual en mí. Y a la vez, algo perturbador para la gente que me admira (¿Qué pensará Su Santidad de mí?). Pero no te preocupes, lo único que ha pasado es que estoy en Berlín.

Empecé a sospechar cuando bajé del tren. Había mucho alemán; tal vez demasiados. Luego, mis sospechas fueron en aumento cuando comprobé que el mapa del autobús no estaba en francés. Pero lo que despejó toda duda fue cuando no encontraba tiendas de boinas. Algo raro estaba pasando. A lo mejor solo eran divagaciones mías. Podría ser que estaba en el típico barrio alemán, o que Alemania había invadido Francia durante mi viaje en el tren. Pero cuando miré el billete más de cerca comprobé que... sí, lo que sospechaba: tenía una mancha de café. ¡Y no sólo eso! En destino ponía claramente Berlín. ¡Maldita vendedora de billetes! Admito que no la escuché muy bien cuando me hablaba porque mis ansias por irme de Amsterdam eran muy superiores a mi autocontrol, y prestaba mas atención a su escote que a su boca. Pero estas cosas no deberían pasarme.

El daño ya estaba hecho. Daba igual lo grande que tuviera las tetas. Estaba en Alemania, y sin dinero. Tú sabes mejor que nadie que la gente me conoce por mi templanza y mi ingenio para salir de estas situaciones.

Después de estar un rato llorando en posición fetal, mientras llamaba a gritos a nuestra madre, a una chica se le cayó la bufanda al suelo. La recogí, la olí (Channel 3 lo menos), la tasé (no pasa del euro), y me probé (no combinaba con los zapatos); fui tras la dama para devolvérsela. Ella se dio la vuelta y... vi un ángel encarnado en un cuerpo de vicio. Podría pasarme horas describiendo su belleza, pero mi batería no daría para tanto. Llamarla “preciosa” se quedaba corto, como decir que el océano pacífico tiene algo de humedad, que el sol brilla ligeramente, que el Sáhara apenas tiene arena, o que papá sólo tiene pelusilla en el sobaco. Ahora ya se porque nací: para poder mirarla durante unos instantes. He cumplido todos mis objetivos, ahora podré morir en paz. No hay belleza comparable en este mundo. Es más, me voy a arrancar los ojos porque ya no hay nada más interesante que ver en este mundo.

Como te puedes imaginar, me quedé como una estatua mirándola. O por mi cara estupefacta, como una gárgola. Intentando recordar cómo se respiraba. Tenía que mover cualquier músculo para demostrarle que estaba vivo. Pero la magia se rompió cuando la propietaria de la bufanda se movió hacia mí, tapándome la visión de la diosa que estaba mirando. Ella desapareció de mi vida, y en su lugar quedó la chica que perdió la bufanda.

Volví a la realidad. Era como si las sirenas hubieran cesado de cantar. Me sentía aturdido y confundido. Había una joven, de ventipico años, intentando arrancar la bufanda de mi mano mientras me daba las gracias. Llevaba puesto unos vaqueros medio rotos (aunque parecían recién comprados), una camiseta amarilla trescientas veces mas grande que su talla recomendada, dejando a la vista el tirante del sujetador de la parte izquierda, y un pelo largo recogido en un moño atravesado con unos palillos chinos, los cuales no sabría decirte si estaban usados. O de si ella era consciente que los llevaba puestos. Tal vez se había caído en una tienda china. Eso explicaría parte de su vestimenta. Cuando consiguió que soltara la bufanda, la invité a tomar algo.

Ahora estoy subido en su coche camino de Francia. No en el maletero, sino como copiloto. De lo contrario, ya te abría comentado algo de un rescate con billetes sin marcar y un helicóptero. Resulta que ella también tiene que ir a París, pero por cosas de estudios. Es pintora indie o algo similar. Tampoco hemos tenido tiempo de profundizar en nuestras vidas. Le conté mi tropiezo y... mi sonrisa hizo el resto.

Me estoy mareando, te voy a dejar por hoy. ¡Ah! Antes de que se me olvide. Emilio es un partidazo, ¿por qué no quedas un día con él? Es un gran amigo, y sé que le gustas; sólo tienes que darle un pequeño empujón (una caricia, un beso, un polvo, un hijo...), y será tuyo. No me gusta la vida solitaria que tienes, ya es hora que te busques a alguien que te comprenda y que te quiera. Eso o te metes a monja, pero creo que eso no te va. Dale una pequeña oportunidad mañana a las 22:00 en el restaurante Humphrey's. Os he reservado una mesa para dos a mi nombre.

Ya me cuentas como fue la cita.

Un abrazo de tu hermano que te quiere.

Raúl




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jueves, 7 de julio de 2011

Día 1 - Fievel y el nuevo mundo.

Querido polizón:

           Creo que te ha afectado mucho que papá nos pusiera tantas veces a lo largo de nuestra vida la película de “Fievel y el nuevo mundo”, primero decides irte a América porque sí, cruzar el charco es como… como ir a comprar el pan, ¿también piensas que “no hay gatos en América y las calles de queso son” ? (Como ves me acuerdo de la canción perfectamente) pero es que eso no es todo ¡encima como polizón! ¿Qué va a ser lo próximo, que pierdas a tu familia? Anda! Pero si la has dejado en Ámsterdam! Lo dicho hermanito cada vez me asombran más las coincidencias.

           Sólo a ti se te podía ocurrir subirte al tren de esa manera, ¿seguro que la fecha del billete era correcta? Conociéndote no me extrañaría que te hubieras equivocado de día, o de hora, incluso de lugar! ¡Pero si te pasa con las entradas del cine! Ains hermanito que disgustos me das ¿por qué me obligas a adoptar el papel de hermana mayor? ¡Qué familia!

           Supongo que querrás estar al corriente de las noticias que suceden por aquí, voy a intentar ser breve: ha llamado Jenkin preguntando por ti, que dónde te habías metido porque no sabía nada desde hacía 3 días… ¿a tu mejor amigo tampoco le has dicho nada?; los papás no se tomaron muy mal la mentira, es más ¡hasta papá puso la sonrisilla esa de “este es mi hijo”!, mamá se extrañó más… Creo que en breve subirá a tu habitación a buscar pistas cual Sherlock Holmes y no, yo no pienso entrar a organizarlo ;).

           Ahh! Y por último y más importante esta mañana he ido al Ámsterdam Centraal a buscar mi moto, si esa vespa rosa que tomaste prestada y que por cierto ¿qué hiciste de las llaves? ¿No las dejarías puestas verdad? Ups!! ¿lo acabas de recordar? Gracias hermanito, ahora no sé dónde leches está mi vespa! Por cierto el guardia de seguridad con el que he hablado esta mañana me ha contado que un chico de “extraña apariencia” conducía una moto rosa muy atropelladamente, que dio varias vueltas por el parking (al parecer no controlaba mucho la moto) y que acabó por dejarla junto a un banco con un anciano, que el chico salió tan disparado que ni siquiera se llevó las llaves consigo… ¡¡¡¡yo te matoooooooooooooooooooo!!!! Ah! Y por supuesto que le he dicho al guardia que como no te decía nada!!! A lo que me ha contestado muy fríamente que ése no era su trabajo ¡¡que no era su trabajo dice!! ¿Entonces para qué está dando vueltas alrededor de un parking? Por supuesto no tenía ni idea de quién se la había llevado porque horas más tarde la vespa había desaparecido… He colgado carteles por la ciudad y colgado un anuncio en el face. Tengo la esperanza de encontrarla y ya puedes cruzar los dedos porque si no te juro que iré hasta EE. UU te daré de collejas hasta hartarme, te cortaré en pedazos y tiraré tus trozos a los tiburones! Bueno de momento he de conformarme con tomar prestado tu mac y apropiarme de tu bicicleta, ya sabes un pequeño impuesto por daños y todo eso…

           Bueno te dejo que me llaman a cenar… Se te echa de menos.


           PD: Cuídate mucho y mándame una postal desde París.

           Ari




viernes, 1 de julio de 2011

Día 0 - El tren se mueve.

Hola hermana:

Soy un polizón, pero un polizón con billete. Ya no sé qué será lo próximo: ¿Hablar mal de mí mismo? ¿Hacerme el amor? ¿Regalar dinero a los ricos? Acabo de definir: prensa rosa, masturbación e impuestos. ¡Ups! La cuestión es que, de esto que ahora te voy a contar, ni una palabra a los papás; que me denuncian.

Resulta que, después de enviarte el e-mail, me puse en la cola para entrar en el tren. Yo me quedé distraído, repasando que no se me olvidara nada en casa: el móvil, el cargador del móvil, la funda del móvil, el manos libres del móvil... y las otras cosas (ropa y no sé qué más). Qué luego volver aquí, a Amsterdam, me da mucha pereza. Además, cuando volviera en el futuro, no me sentiría muy acogido. Se que los papás quemarán todas mis pertenencias en una hoguera. Espero que después de enterarse de la noticia, que antes sería de muy cabrones. Y bailarán alrededor de ella para festejarlo. Lo que no tengo claro es si estarán felices de mi suerte o de su suerte. Si sacrifican una gallina en mi nombre, entre cánticos paganos, supongo que tendría que evitarlos en mis futuras visitas. Aunque sé que me quieren, o lo han disimulado muy bien durante mi vida :D .

Pues cuando me toca enseñar el billete al revisor, me comenta que no valía. ¡Que no valía! ¿Qué pasa? ¿El papel no tiene la suficiente calidad para su ilustrísimo señor? ¿O acaso el billete no está correctamente cortado siguiendo el estándar de la casa de la moneda? Un famélico hombre con un acento ruso, pero ruso ruso cerrado, me dice que me informara en recepción para “más información”. O eso entendí, ya que le costó horrores decirme dos palabras seguidas en cristiano. Claro, no tenía otra cosa que hacer que salir de la cola y arriesgarme a que se fuera el tren junto a mi futuro. ¡Pues no, camarada!

Inteligentemente y razonadamente, llegué a la conclusión de que la oficina mencionada por el Zar estaba dentro de un vagón. Lo intuí por las palabras que no me había dicho. ¡Estaba ahí! O a mi derecha, debajo del cartel luminoso “Oficina de información”. Qué casualmente me había señalado, con el dedo, el revisor. Recórcholis, ¡no había tiempo para desvelar la verdad! Me pregunté: ¿Qué haría Jesús en mi lugar? Evidentemente, mirar dentro del tren.

Disimuladamente me aparté de la cola, y me puse a silbar. Así parecería menos sospechoso. Fui al lado contrario, y cuando nadie miraba di un salto por encima de la valla. 9,87 sin salpicar. Me sentí bastante decepcionado al comprobar que la valla, que había saltado, daba a un parque infantil. Y, que debajo de mi pie, estaba la mano de un infante con una mirada de odio.

Después de una huida rápida, un par de saltos de vallas, tres caras perplejas de unos empleados, y cuatro medallas olímpicas (incluida salto de valla y 100 M. lisos); comprobé que desgraciadamente me equivoqué. ¡La oficina no estaba dentro! Qué pena sentí en el corazón. ¿Como podré librarme de esta pena infinita que consume mi alma? Tuve que elegir entre cara y cruz, y no tenía ninguna pista. ¿Como iba a sospecharlo? Pero ya que estaba dentro... pues me pondría cómodo ¿no? Para descansar los pies sobretodo. Uno empieza a tener una edad jejejeje. Hasta Lupin habría quedado deslumbrado antes tales hazañas. No me colé intencionadamente, fue que... la vida es complicada.

Y así cogí el tren. Es una nueva forma de hacerlo. Puedes pagar o dejarte llevar por las circunstancias. Un poco mas tenso, pero mas entretenido a la vez. Ha sido un crimen sin víctimas, yo pagué mi billete. Si no contamos al expianista. Me refiero al niño que le pisé la mano. Lo llamo así porque no creo que pueda tocar el piano en su vida. Ni posiblemente la sensibilidad. Aunque espero que con mucho entrenamiento vuelva a mover los dedos. Es que le dejé muy mal. Lo siento.

Ahora estoy aburrido. Desde que subí al tren no he hecho nada, salvo comprobar la batería del portátil y ver al niño de enfrente jugar con su muñeco. Dentro de poco tendré que irme al vagon-cama, donde esta mi habitación.

Ahora voy a andar un poco para estirar las piernas e intentar quitarme el dolor de cuello. ¿Te acuerdas de esos sillones de relax que siempre estábamos hablando de comprarle a mamá? Pues esto es todo lo contrario. Pequeño, ruidoso, estrecho, áspero, sucio y encorvado. Me recuerda al abuelo. Pero lo que más me molesta es la corta distancia entre el asiento de delante y atrás. Tengo que tener las piernas como un nudo marinero. Tal vez no consiga desentrelazarlas nunca más. O al menos, es la sensación que tengo. Pero es la única forma de no fracturarme las rodillas, te lo juro. Me entran ganas de arrancar el asiento, tirarlo sobre la ventana, salpicando a los pasajeros con los cristales rotos, y gritar: -¡Libre; al fin LIBRE!- No obstante, me reprimo mirando a un gordo que hay a mi lado. Es hipnótico el movimiento de sus lorzas a los vaivenes del tren.

Mañana te cuento mas.

Un besazo, pequeñita.

Raúl




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miércoles, 29 de junio de 2011

Día 0 - ¡Mi Vespa!

Querido hermano,

No me lo puedo creer ¿Qué te vas a Redmond? Así de… ¿fácil? Y nada menos que para trabajar como profesor de castellano ¿desde cuándo has querido ser tú profesor? Si ni siquiera has comenzado la universidad. Pero lo peor de todo es ¿Cómo has sido capaz de irte sin despedirte??? Entiendo que no lo quisieras hacer con los papás porque seguro te habrían encerrado en tu habitación y tirado las llaves a un pozo sin fondo… ¡¡pero me lo podrías haber dicho a mí!! Y más todavía si te habías llevado mi moto ¡¡mi vespa!! Ahora tendré que ir a la estación y buscarla porque a saber dónde la dejaste aparcada, espero que no tenga ningún desperfecto querido hermanito, es más, ¡espero que todavía siga allí! Porque ya sabes el tipo de gente que se reúne allí por la noche… Supongo que no me costará mucho encontrarla, no todo el mundo tiene una vespa rosa :D ¿ves cómo además de un color bonito es útil? Recuerdo la bronca que me echaste cuando me viste en el garaje con máscara y spray en mano pintándola ¡qué cara se te quedó!

Pero volviendo al tema ¡¡cómo se te ocurre irte así!! ¿qué le voy a decir yo ahora a los papás? Esta noche cuando papá llegue del trabajo se ponga cómodo y baje a cenar preguntará por ti y nos mirará a mamá y a mí como si nosotras lo supiéramos ¡sobre todo a mí! Y ya sabes que nunca se me dio bien mentir, yo bajaré la mirada, beberé agua, engulliré la comida, volveré a beber agua… ¡¡que cabrón!! ¡tú te vas y el marrón me lo quedo yo!! Es que cualquier excusa que les ponga se va a quedar corta cuando se enteren que su hijo mayor se ha pirado a EE.UU!!! De momento les diré que te has ido con la chica esa que te gustaba… ¿Sara? Si creo que era ella, la chica rubia de ojos verdes y piernas largas… Pues eso que te invitó a una fiesta en su casa de campo (porque recuerdo que la tía tenía pasta) y que claro pues te has quedado allí unos días… papá pondrá cara de “en vez de centrarse en los estudios…” y mamá te defenderá diciendo que estás en plena post-adolescencia y blablablabla yo me terminaré mi plato y me escabulliré a mi habitación ¡el plan perfecto! Eso me dará tiempo, al menos para que me digas qué quieres que les cuente….

Espero que toda esta aventura valga la pena porque abandonas a tu hermana en plena adolescencia, tener 16 años es complicado ¡tú lo sabes! Y más todavía con una madre psicóloga persiguiéndote todo el día… Te voy a echar mucho de menos ¿qué va a ser de nuestras charlas nocturnas? ¿Qué me dices de Roger? Me lo he llevado a mi habitación, el pobre se ha de sentir solo, eso sí ¡no pienso dejarlo suelto por ahí! ¿con quién jugaré ahora a las películas? ¿Quién me va a hacer reír cuando esté triste?. Más te vale escribirme casi todos los días!! Y cruza los dedos para que mi vespa siga viva…

Un beso y mucha suerte en tu aventura. Escríbeme pronto!!

PD: Espero que te acordaras de coger mi librillo ese de inglés para viajes, no te vendría nada mal!!

Ari

martes, 21 de junio de 2011

Día 0 - Esperando.

Estimada y apreciada hermana:

Te escribo esta carta desde la estación de tren para despedirme de ti. Si, efectivamente. Estoy sentado con mi portátil y las piernas estiradas, apoyando mis pies sobre la maleta. Se que por tu mente inquieta te estas preguntado: -¿Por qué, mi querido y respetado hermano, te vas dejándome sola antes los males que acechan en este mundo? ¿Qué haré sin el pozo de sabiduría que eres tu en mi vida? Pero lo mas importante, ¿por qué te vas? ¿Como te vas? ¿A donde vas? ¿Cuando te vas? ¿Con cuantas pi-vas? Y ¿Has cogido mi moto para ir a la estación? Porque si la respuesta es afirmativa te voy a dar una patada en tus partes nobles que no volverás a bla bla bla... - Pues sí. Que sepas que no te tengo miedo. ¿Por qué la cogí? Todo empezó cuando me dije de ir al centro para tomarme un helado. Me dirigía coger el autobús cuando pensé en usar tu moto. Un hombre de mi categoría no tenía porque mezclarse con el proletariado. Es mas digno ir una Vespa rosa. Era un día esplendido, un sol radiante, endulzado con la bella melodía de los pajaritos, y un olor agradable que anunciaba la primavera. Ahora intento coger el primer tren que abandone el país. Para cuando leas esto, yo estaré oculto en un pueblo ruso pasándome por curandero Andinu (aunque protestante). Insisto en que no te tengo miedo. Pero, aparte de tu castigo por la moto, me voy por trabajo.

Un colega que trabaja en Redmon, que esta en los Estados Unidos de América (EEUUA), consiguió un trabajo para mi como profesor para dar clases de español. ¡Mi gran sueño de trabajar en américa! Y encima, lo único que tenía que hacer para ganarme la vida era hablar en mi lengua. Cuantas veces habré trabajado gratis con mis amigos y familiares. Si vuelvo a España, voy a empezar a pedir a la gente que me pague cada vez que quieran conversar conmigo:

-Hola tio, ¿que tal por América?
-Bien.
-Me alegro. ¡Ale!, hasta luego.
-Son 40 euros.
-¿Pero que me estas contando?
-Aquí tiene el ticket.
-Pero... si soy tu amigo.
-Y por eso mismo no te cobro IVA. Acepto tarjetas.


Parece que le habló de muy bien de mi al director, y que si quería el puesto solo tenía que presentarme esta semana. Pero, como le dije anoche a una amiga: -Esto es mas grande de lo que parece.- Además, podría alojarme en su campus GRATIS, por la jeta, por mi cara bonita. Los profesores tiene un cuarto sin costes en las instalaciones. ¡Sabría que el Karma me recompensaría por aguantarte todos estos años! ;) . Pero tranquila, no te olvidaré. Entres los breves intervalos de tiempo, que hay entre las orgías universitarias y las clases, te enviaría alguna carta. Nunca esta de mas que alguien conozcas mis aventuras y amorios diarios. Tú serás la encargada de escribir los textos sagrados que narren mi vida, los cuales serán enseñados a las generaciones venideras como doctrina suprema. Los niños aprenderán a leer con mis textos, los políticos usarán mi filosofía para gestionar sus países y las religiones se unificarán para respetar mis enseñanzas. Nacerán seguidores, surgirán civilizaciones, la raza humana dependerá de mis escritos. El equilibrio del universo dependerán de las interpretaciones de mis palabras. La paz mundial y la evolución humana será la manifestación de que el mundo respeta mi palabra. Por lo que no cometas faltas de ortografía.

Aun hay cuestiones que no te he respondido, y que no te las diré (risa malvada) porque lo puedes suponer sabiendo que estoy en una estación de tren. (Vergonzoso carraspeo de garganta). Pues me voy en tren... dentro de media hora... ¡mentira! 29 min... segundo arriba, segundo abajo... en un tren... que sale de una estación de tren... y no os he dicho nada a ti ni a los papas porque... tenía miedo a papá. Ya sabes como es. Me sentaría en el sofá y tendría que adoptar una forma ladeada. Sería la única manera de mirarle a los ojos, por culpa de la organización de los muebles. Qué curiosamente fue elegida por él. Quedándome en una postura incómodo, donde tuviera que forzar el cuello para verle. Papá se sentaría en su sillón-trono negro, al fondo el cuadro de una cacería de mediados del siglo tropecietos, acariciando la cabeza del perro (para reforzar su figura de autoridad), y se pondría pensativo mirando por la ventana. Como si buscara una palabra que no encontrara. Luego me diría: - En mi juventud hice muchas locuras, y se de lo que hablo cuando te digo que ***acción diabólica que he hecho*** es normal en ***Si es muy grave: hombre. Si haría vomitar a la madre Teresa: joven. Si después de esta charla me va a encerrar en un psiquiátrico: chavalín*** como tú. Todos hemos vivido ***Asunto sin drogas: situaciones. Con drogas: experiencias*** como la tuya. ***Improvisación***. - Antes que escuchar una vez mas ese real discurso: PREFIERO IRME DEL PAÍS. Irónicamente he comprado el periódico El país para distraerme en el viaje, y estaba echando un vistazo a un discurso del rey. La cosa es que ya tengo 18 años, y puedo hacer lo que quiera. ¡Como tirarme a un volcán en erupción! Lo haría, pero tengo que ir a Redmon antes.

El viaje va a ser algo largo. Empezaré en tren hasta París, la ciudad del amog (lo decía con acento francés), y después iré en avión hasta Washington D.C. (Después de Cristo). Es una suerte que nuestro tio Joseli sea piloto y me pueda colar gratis en el avión. Me ha dicho que hará escala en París, y que si me paso estos días me podría colar en el avión como un pasajero de acompañante o algo parecido. He cogido nuestra barba falsa y la pistola de agua para hacer la coña. ¡Ya verás las risas! Finalmente, cuando llegué a la tierra de la libertad, o a EEUU, cogeré un autobús hasta Redmon. O iré en plan autoestop, porque me he fundido todo la pasta en el billete. Como ves lo tengo todo perfectamente planeado. He meditado hasta el mas mínimo detalle, he calculado los Km. exactos en diversos mapas, y he hecho una lista con posibles problemas y sus correspondientes soluciones. Un plan perfecto. Aunque ahora el estómago me está dando un apunte: se me ha pasado incluir algo de dinero para comidas. No pasa nada, haré gala de mi picaresca para enamorar a alguna ricachona del vagón de pas

Oye, te dejo que acaba de aparecer en el panel el nombre de mi tren.

Un abrazo princesita.

Raúl



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